


Zona de confort: Cómo salir de ella
¿Te atreves a salir de tu zona de confort? Somos seres de costumbres. A lo largo de los años hemos ido formando determinados hábitos, maneras de hacer las cosas e incluso ciertos patrones de pensamiento que nos transmiten seguridad. Estos comportamientos y creencias dan vida a nuestra zona de confort, un espacio en el que nos sentimos protegidos. Cuando nos vemos obligados a salir de esta zona somos presa de la ansiedad y la angustia, por lo que tenemos la tendencia a regresar inmediatamente a ese espacio conocido donde creemos que estamos a salvo. Hay muchas personas que, aunque no se sienten felices en su zona de confort, permanecen en ella, ya sea por miedo o por simple pereza (aunque detrás de la pereza suele estar escondido el miedo). Como resultado, se quedan atrapadas durante años en relaciones de pareja que no funcionan o puestos de trabajo insatisfactorios. Sacrifican la felicidad por la comodidad.
Qué es un psicólogo
¿Qué es un psicólogo? ¿En qué puede ayudarte? Si tu coche tiene un problema, lo llevas al mecánico y si te sientes mal, lo más probable es que te precipites a la consulta del médico. Es un comportamiento perfectamente comprensible: tenemos una dificultad y buscamos la ayuda de un profesional que nos pueda ayudar a resolverla. Sin embargo, con los problemas psicológicos el panorama suele cambiar un poco porque ante un conflicto emocional lo más usual es recurrir a los amigos en busca de consejo. Esto se debe, entre otros factores, a que el papel del psicólogo todavía no ha calado profundamente en nuestra sociedad y a menudo es mal comprendido. Hay quienes creen que el psicólogo les dará la solución a todos sus problemas, como si tuviese una varita mágica, y otros piensan que la psicoterapia no es necesaria. No obstante, por mucha fuerza interior que puedas tener y por muy buenos consejos que te den tus amigos, hay ocasiones en que un psicólogo es imprescindible.
El poder de la mente subconsciente
El poder de la mente va más allá de lo que solemos pensar. Nuestra mente es maravillosa y va mucho más vasta de lo que imaginamos. Más allá de la conciencia existe un mundo por descubrir donde enterramos nuestros miedos, incertidumbres y esos impulsos que nos parecen inaceptables. Sin embargo, en ese mismo sitio también surgen las ideas más creativas y las mayores pasiones, crecen muchos de nuestros sueños e ilusiones. Se trata de nuestra mente subconsciente o inconsciente y, aunque durante décadas ha estado escondido detrás de un velo de misterio, hoy contamos con técnicas que nos permiten acceder a este terreno de la mente con el objetivo de potenciar nuestro equilibrio psicológico o conseguir nuestras metas.
Cómo superar la vergüenza
¿Cómo superar la vergüenza cuando esta nos limita? No es tarea fácil, pero con constancia y atreviéndonos a salir de nuestra zona de confort podemos aprender a perder la vergüenza poco a poco. La vergüenza es una sensación que nos hace sentir mal, casi siempre por algo que hemos hecho, dicho o pensado y que consideramos impropio. Por una parte, implica un juicio sobre nosotros mismos pero, por otra parte, está profundamente vinculada a los demás, a la valoración que los otros harán de nuestro comportamiento. Por eso, la vergüenza siempre implica, de una forma u otra, el miedo al juicio negativo de los otros. De cierta forma, es como si perdiésemos una parte importante de nuestra identidad, de la imagen que proyectamos al mundo.
Cómo dejar de vivir con miedo
Vivir sin miedo no es posible, el miedo es necesario, pero superar el miedo que nos impide avanzar, el que nos bloquea, es una de las mejores formas de crecer como personas y de alcanzar una vida más plena.
Enfermedades emocionales
¿Hay enfermedades emocionales? Emociones y enfermedades van muchas veces de la mano, aunque durante siglos la medicina tradicional negó la influencia de los estados emocionales en las enfermedades físicas, en las últimas décadas las investigaciones han desvelado que nuestro estado de ánimo puede desencadenar algunas patologías, empeorar su curso o, al contrario, facilitar la recuperación.Ahora investigadores finlandeses han realizado un mapa corporal que muestra con claridad en qué zonas inciden las emociones.
Secuestro emocional: Cuándo no podemos evitar perder los nervios
¿En ocasiones no puedes evitar perder los nervios y arremeter contra las personas que se encuentran a tu alrededor para después arrepentirte? ¿A veces pierdes el control y sientes unas ganas irresistibles de escapar? Si en alguna ocasión has vivido esta experiencia, lo más probable es que hayas sido víctima de un “secuestro emocional”, una situación en la cual la amígdala declara un estado de emergencia y toma el control del cerebro.
Estrés y cáncer
“Mens sana in corpore sano”, así rezaba un antiguo proverbio que la medicina olvidó durante años. Sin embargo, ahora el papel de las emociones en el ámbito de la salud y la enfermedad ha vuelto a cobrar protagonismo de la mano de diferentes estudios que nos demuestran, por un lado, la relación que hay entre estrés, depresión y cáncer y por otro, cuán importante es el apoyo psicológico para recuperarse de esta enfermedad.
Cómo controlar la ansiedad ante un Ataque de Pánico
Un ataque de pánico es algo que no se puede olvidar, y que suele marcar un antes y un después en la vida de la persona que lo sufre por primera vez. En este artículo quiero enseñarte cómo controlar la ansiedad cuando empiezas a sentir los primeros síntomas de un ataque de ansiedad.
Aprende a ser Asertivo y comunícate con eficacia
¿Qué significa ser asertivo? Para explicarlo veamos un ejemplo: Imagina por un segundo que estás en un restaurante y te sirven un plato que no te agrada. Nos ha pasado a todos, pides la carne poco hecha pero la que llega a tu mesa está casi quemada. ¿Qué haces? En este punto tienes tres opciones: 1. te mantienes callado y la comes aunque te sientas disgustado 2. provocas un gran revuelo y afirmas que jamás volverás a poner pie en ese restaurante o 3. llamas discretamente al camarero y le pides que te cambie el plato. En realidad, el comportamiento que adoptes en esta situación no es banal puesto que te puede dar muchas pistas sobre el estilo comunicativo que usas en tu día a día para relacionarte con las personas. Puedes usar un estilo pasivo (cuando te mantienes callado y reprimes tus emociones e ideas), puedes apostar por el estilo agresivo (cuando intentas que tus opiniones y deseos prevalezcan sobre los demás a cualquier costo) o puedes adoptar un estilo asertivo (cuando haces valer tus derechos en el respeto a los demás).