Mitomanía: La mentira como forma de vida
Alexander Pope, un poeta británico, dijo que “el que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera”.
Sin embargo, hay personas que caen en la tela de araña de la mitomanía y hacen de la mentira su forma de vida, se convierten en mentirosos compulsivos.
¿En qué se diferencian las mentiras esporádicas de la mitomanía?
La mentira no nos resulta ajena, recurrimos a ella desde la infancia e incluso siendo adultos. Un estudio realizado en la Universidad de Massachusetts reveló que el 60% de las personas mienten al menos una vez durante una conversación de diez minutos, caen en lo que se conoce como “mentiras esporádicas”.
Sin embargo, detrás de la costumbre de mentir compulsivamente no siempre se esconde el deseo de obtener algo o evitar un castigo, el mitómano suele mentir sin tener un motivo válido, por compulsión. Esa tendencia a mentir compulsivamente puede colocarle en situaciones ridículas o llevarle a inventar historias insostenibles. De hecho, aunque el mitómano sepa que lo han descubierto, puede seguir mintiendo y complicar aún más su narración.
Para el mitómano, mentir se convierte en un hábito, es su forma de relacionarse. Esta persona no solo siente la necesidad de mentir en las situaciones que están en su contra para evitar las consecuencias sino también en los pequeños detalles, aunque no gane nada con ello. Quien padece mitomanía puede sentirse raro diciendo la verdad pero se siente cómodo mintiendo.
El problema es que cuando faltar a la verdad se convierte en un hábito y se cae en la mentira patológica, el mitómano tendrá que enfrentarse a diferentes dificultades debido a que pierde la confianza de los demás. Un mentiroso patológico puede llegar a perder su trabajo, tener problemas familiares, romper con su pareja y sufrir aislamiento social.
Las raices de la mentira patológica se remontan a la infancia
La personalidad del mentiroso compulsivo se manifiesta en la juventud o la adultez, pero la tendencia a mentir comienza a apreciarse desde la infancia. Antes de los tres años no se puede hablar de mentiras en el sentido más estricto del término, ya que los niños no son capaces de distinguir claramente la realidad de la fantasía, pero más adelante, su pródiga imaginación les insta a falsear la realidad.
La tendencia a mentir compulsivamente puede afianzarse como resultado de los castigos recibidos en la infancia. Por eso, una manera para evitar que las mentiras evolutivas den paso a la mitomanía consiste en no castigar a los niños cuando dicen pequeñas mentiras que nacen de su imaginación y/o forman parte de su estadio evolutivo. En vez de reforzar un comportamiento negativo, es mejor explicarle las diferencias entre realidad y fantasía y promover valores como la honestidad y la responsabilidad.
En otros casos, la mentira patológica es el resultado de la tendencia a eludir las responsabilidades. Si los padres permiten que el niño falte a la verdad para evitar las consecuencias de sus acciones y le eche siempre la culpa a un amigo imaginario o al hermano más pequeño, por ejemplo, las mentiras pueden terminar convirtiéndose en un hábito.
¿Qué sucede en el cerebro mitómano?
Las mentiras pueden brindar cierto grado de placer al mitómano. Saber que cada mentira implica un nivel de riesgo genera una descarga de adrenalina que actúa a nivel cerebral como recompensa y fortalece la respuesta mitómana, cerrando así un círculo vicioso.
Otra teoría apunta a que los mitómanos podrían tener una amígdala menos reactiva ante los comportamientos deshonestos. Investigadores del University College de Londres descubrieron que cuando mentimos por primera vez para ganar algo, se produce una gran activación de la amígdala, la cual se encarga de producir sentimientos negativos que nos hacen sentir mal y limitan el alcance de la mentira. Sin embargo, a medida que seguimos mintiendo, esa activación va decreciendo.
Recientemente neurocientíficos de la Universidad de California del Sur también hallaron que el cerebro de los mentirosos compulsivos es ligeramente diferente de quienes suelen decir la verdad: tiene hasta un 26% más de sustancia blanca en la corteza prefrontal.
La sustancia blanca interviene en la transmisión de información, por lo que estos investigadores consideran que un mayor volumen implicaría una mayor capacidad cognitiva para procesar las mentiras y manipular. De hecho, en algunos casos las historias que cuentan los mitómanos están muy bien hilvanadas y resultan creíbles ya que contienen un gran nivel de detalles, lo que denota que la persona ha estado procesando cuidadosamente esa información.
¿Por qué mentimos?
La mentira suele ser una estrategia para eludir la realidad y, por consiguiente, la responsabilidad de afrontar las consecuencias de determinados actos o situaciones.
Diferentes trastornos psicológicos están vinculados con la mentira, ya que se trata de una forma de evitación, sobre todo en el caso de las adicciones, cuando la persona no desea reconocer su problema o pierde el control y recurre a la mentira para mantener su patrón adictivo. De hecho, se estima que el 92% de los pacientes mienten sobre el consumo de sustancias, el 25% sobre su consumo de alcohol y el 58% sobre su adicción al juego.
con la vida que llevan y acaban inventándose una diferente que les hace sentir mejor. Lo usual es que el mitómano construya un nuevo recuerdo para cubrir una realidad desagradable, que reemplaza con una historia mejor.
La verdad también se suele falsear para obtener alguna ventaja, aunque no siempre se trata de un beneficio material, sino más bien a nivel emocional. Con sus mentiras el mitómano consigue la aprobación, el respeto y/o el afecto que necesita. Por eso, en muchos casos las mentiras patológicas esconden un deseo de llamar la atención, que se logra creando un personaje falso que la persona va enriqueciendo con mentiras.
El tratamiento de la mitomanía
En la base de la mentira patológica se esconde una baja autoestima, la persona cree que si se muestra tal cual es, no será aceptada. Los mitómanos suelen tener una personalidad insegura, por lo que a menudo sus mentiras no son más que una imitación o un plagio de las ideas, pensamientos o experiencias de los demás, generalmente de personas que admiran. Los mentirosos patológicos también suelen carecer de habilidades sociales, por lo que intentan suplirlas recurriendo a las mentiras, para parecer más interesantes y competentes ante quienes les rodean.
Por eso, el tratamiento de la mitomanía pasa por fortalecer la autoestima, mejorar las habilidades sociales y de resolución de conflictos y lograr que la persona se sienta satisfecha con su realidad y consigo misma, para que no experimente continuamente la necesidad de utilizar la mentira patológica para disfrazar su mundo.
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17 de marzo de 2023
Noemí Gómez
Gracias me sirve de mucho este artículo porque mi pareja es mitómano
14 de abril de 2023
Syra
Gracias a ti Noemi
22 de febrero de 2023
Nsbb
Hola, resulta que hace poco tengo una pareja y ha pasado que suceden cosas por las que discutimos y el cambia la historia de como fueron los hechos. He llegado a creer que me estoy volviendo loca.. que soy yo la mentirosa, pero no creo que sea así, cuando he tratado de contar mi verdad me hace callar de formas violentas y dice que le molesta que hablemos de cosas personales con los demás. Fuera de eso es una gran persona... laque tenga buena noche, gracias por la info!.
23 de marzo de 2023
Syra
Hola, es dificil que esté al mismo nivel que te calle de formas violentas a que sea una buena persona, te vendria bien replantearte qué está pasando en tu relación
03 de febrero de 2023
Alma
Mi suegra es mitómana. Su autoestima se sustenta de las mentiras que cuenta. Miente también por placer, en el más ínfimo e inútil detalle, de manera que nunca sabes qué hay de cierto en lo que dice, ni siquiera si dice que ha ido a comprar tomates. Además es una manipuladora tremenda. Pero su hijo y su marido la miman como a una niña pequeña porque se hace la sacrificada y víctima de múltiples cosas, algunas inventadas y otras exageradas, aunque se aprovecha de todo lo que pueda sacar de ellos y es infiel a su marido desde hace 20 años (tiene dos relaciones simultáneas). Ellos la ven como una persona entregada y frágil a la que proteger. Yo la veo como una persona que debería estar en tratamiento urgentemente.
10 de febrero de 2023
Syra
Hola Alma, este puede ser un ejemplo de porqué una persona mitomana se mantiene en el tiempo, si el entorno participa, es dificil el cambio, animo!
29 de enero de 2023
Veronica
Ya no se qué pensar de mi novio. Primero descubrí que andaba en conversaciones con otras mujeres por msn y sms. Cuando lo encaré con la primera y le perdoné, le pedí que no haga esas cosas. El vio cuánto me afectó pues leí que le decía las mismas palabras que a mi. A la semana descubrí que hizo lo mismo con otra y diciéndole para verse cuando viaje a su ciudad. Nuevamente le encare y me dijo que no sabía por qué hacía eso. Nuevamente lo perdoné. Luego descubrí que estuvo casado con una mujer que me había dicho fue sólo una conviviente. Ahora hasta en lo más absurdo me miente hasta de cuándo mandó una encomienda. La pregunta en mi cabeza es... si en lo poco me miente cómo puedo confiar en lo que dice?
10 de febrero de 2023
Syra
Hola Verónica, la confianza se basa en saber que tu pareja no te va a fallar ni traicionar, pero es dificil que tu puedas confiar en él con tantos descubrimientos, necesitas trabajar qué es lo que hace que sigas ahí con él
16 de enero de 2023
T.
Hola, He descubierto hace poco que mi hermano lleva mintiendo por lo menos 5 años sobre su trabajo y muchas otras cosas. Tiene 50 años y ya hemos descubierto muchas mentiras suyas a lo largo de su vida, pero de alguna forma siempre consigue manipular a mi madre para que lo crea o entienda por qué ha mentido. Está separado y ha vuelto a vivir con mi madre, y se pasa casi todo el tiempo en su habitación diciendo que teletrabaja, pero ahora tengo pruebas suficientes de que todo es mentira. He intentado decirselo a mi madre pero ella se enfada conmigo y no quiere escuchar nada ni ver pruebas y me considera mala y conflictuosa por decir eso. Quiero un montón a mi hermano y no quiero crear conflicto entre él y mi madre pero me duele mucho que ella no me crea y me ve como una mala persona mientras que es él que le mienta sin parar. Quiero ayudar a mi hermano pero no puedo seguirle en la mentira y quiero recuperar el respeto de mi madre. No sé cómo puedo hacer eso sin crear un conflicto… Agradecería cualquier consejo. Gracias!
10 de febrero de 2023
Syra
Hola, parece que solo eres tu la que se ha dado cuenta y eso inevitablemente crea conflicto, yo creo que el objetivo no es evitarlo si no el abordarlo con tu hermano directamente y que pida ayuda para poder resolverlo