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El vaginismo es un problema que afecta a un porcentaje de entre el 2 y el 5% de las mujeres. Si experimentas dolor en el momento de la penetración o esta es imposible porque sientes la “vagina cerrada”, es probable que también tú sufras vaginismo.
Afortunadamente, este problema tiene solución. De hecho, se estima que entre el 90 y el 95% de los casos que buscan ayuda especializada logran mantener una relación sexual más placentera. En El Prado Psicólogos podemos ayudarte, solo tienes que dar el primer paso.
La principal característica del vaginismo es la contracción involuntaria, de forma persistente o recurrente, de la abertura vaginal, lo cual impide la penetración. Ese espasmo vaginal no está relacionado con el grado de excitación que puedes experimentar, sino que se produce como una respuesta inconsciente ante el intento de penetración.
Existen dos tipos de vaginismo:
El 90% de las mujeres que sufre este problema sufre vaginismo primario.
El vaginismo, al igual que la mayoría de los trastornos sexuales, puede tener causas orgánicas y/o psicológicas.
Aunque muchas mujeres creen erróneamente que el problema se debe a tener una vagina pequeña o una vagina estrecha, el tamaño de la vagina no supone un problema para disfrutar de relaciones sexuales satisfactorias (salvo que haya una anomalía anatómica).
Sin embargo, el principal problema del vaginismo es que muchas mujeres tardan demasiado en pedir ayuda, por lo que se instauran asociaciones negativas relacionadas con el acto sexual. De hecho, en estos casos se crea un círculo vicioso del cual resulta prácticamente imposible salir sin ayuda. Después de todo, no podemos olvidar que una disfunción del suelo pélvico no es una condición meramente mecánica, sino que a menudo es la expresión física de un estado emocional.
Cuando la mujer experimenta dolor durante la relación sexual, asociará el coito con algo negativo y esa presión terminará influyendo en el deseo, la excitación y los correspondientes cambios fisiológicos que ocurren durante estas etapas. Así, un estado de ansiedad y temor puede afectar la lubricación de la vagina, por lo que la penetración será más difícil, haciendo que la mujer experimente molestias.
Cuando esta situación se repite en varias ocasiones, sobre todo si el dolor es intenso, la mujer empieza a anticipar lo que sucederá, se angustiará, le resultará imposible relajarse y experimentará un bloqueo que impedirá la penetración, como si tuviera la vagina cerrada. Este es el mecanismo a través del cual se instaura y cronifica el vaginismo.
Algunas mujeres con vaginismo pueden tener una vida sexual bastante satisfactoria ya que alcanzan el orgasmo a través de otras formas de estimulación. Sin embargo, en el fondo suelen sentir que su vida sexual es incompleta.
Como resultado de esa frustración sexual aparecen problemas en la relación de pareja, sobre todo cuando esta es del sexo contrario ya que en los casos de vaginismo más graves es imposible mantener relaciones sexuales con penetración.
A nivel emocional, la mujer puede sentir que algo anda mal en ella y que será incapaz de satisfacer a su pareja y encontrar placer, por lo que su autoestima se derrumba. En muchos casos ese miedo al coito provoca una pérdida del deseo e incluso puede llegar a desarrollarse una fobia sexual que la aleje física y emocionalmente de su pareja.
El hombre también sufre este problema e incluso puede llegar a sentirse culpable ya que, en vez de dar placer a su pareja, le provoca dolor. Cuando esta situación se mantiene a lo largo del tiempo y ninguno de los dos busca solución, aparecen diferentes conflictos que pueden provocar la ruptura de la relación de pareja.
Hay solución para el vaginismo. En nuestro centro de psicología, encontrarás las respuestas y la terapia sexológica más adecuada. Puedes pedir ahora mismo una entrevista informativa, aclararemos tus dudas y te explicaremos cómo trabajamos.
En El Prado Psicólogos asumimos un compromiso contigo: te ayudaremos a superar el vaginismo. En sentido general, nuestra terapia está dirigida a detectar las razones inconscientes por las que se produce la contracción involuntaria de los músculos vaginales. Trabajaremos con el miedo a la penetración, con las creencias erróneas que están sustentando ese miedo, así como el sentimiento de culpa y la frustración que puedes estar experimentando. Para lograrlo, utilizamos diferentes métodos y técnicas cuya eficacia ha sido comprobada científicamente y en la práctica, día tras día.
Si lo deseas podemos realizar una primera entrevista informativa gratuita en la que valoraremos tu caso y te indicaremos cual es el tratamiento más adecuado para ti.
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