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¿Sospechas que puedes sufrir inestabilidad emocional?
¿Un día te encanta algo y al día siguiente lo detestas?
¿Sueles reír en situaciones inapropiadas y no puedes contenerte?
¿Lloras a menudo sin saber muy bien por qué?
¿Empiezas una actividad con mucho entusiasmo pero no logras terminarla porque pierdes el interés?
Si pasas de la pasión a la indiferencia con rapidez, tu estado emocional fluctúa con facilidad y no logras terminar ningún proyecto porque pierdes fácilmente ese empuje inicial, es probable que seas víctima del desequilibrio emocional. Si quieres encontrar el equilibrio emocional, sigue leyendo.
La inestabilidad emocional, también conocida como desequilibrio emocional, es una alteración de la afectividad. La persona presenta una gran variación en sus estados emocionales, su vida está permeada por altibajos del estado de ánimo que no tienen un motivo aparente o que no corresponden por su intensidad con las causas que lo originaron.
La persona inestable emocionalmente vive permanentemente en una montaña rusa de emociones, pues es incapaz de conservar los afectos durante cierto tiempo. De hecho, a lo largo de un mismo día puede pasar de la euforia a la tristeza absoluta.
No obstante, para comprender la inestabilidad emocional es necesario entender la diferencia entre las emociones y el estado de ánimo. Las emociones son más intensas y variables, casi siempre surgen como una respuesta inmediata ante determinadas situaciones del medio. Al contrario, el estado de ánimo es más estable a lo largo del tiempo.
Existen emociones, como la sorpresa, que duran muy poco, apenas unos segundos o minutos, otras pueden extenderse un poco más, como el miedo o la alegría. Sin embargo, el estado de ánimo suele durar días o incluso semanas, pues es un sentimiento de fondo que persiste a lo largo del tiempo, ya que está determinado por múltiples factores, desde las características del sistema nervioso hasta las vivencias, el estilo de vida y el biorritmo.
Sin embargo, en la persona emocionalmente inestable, el estado de ánimo varía con frecuencia. Aunque se debe aclarar que la inestabilidad emocional es una característica de personalidad, no se considera un trastorno propiamente dicho. Aún así, en determinados casos puede convertirse en el síntoma de un problema, como en el trastorno límite de personalidad, la ciclotimia o el trastorno bipolar.
Varios trastornos psicológicos vienen acompañados de un desequilibrio emocional. Sin embargo, en algunos casos la persona presenta una inestabilidad emocional, pero no cumple con el resto de los requisitos que permiten diagnosticar un trastorno, en ese caso se hace referencia simplemente a una característica de personalidad.
Por ejemplo, en el caso del trastorno límite de personalidad, además de la inestabilidad afectiva suelen presentarse otros síntomas, como una alteración de la identidad o autoimagen, una ideación paranoide, problemas para controlar la ira y la impulsividad o comportamientos auto-lesivos.
En el caso del trastorno bipolar, aparecen episodios en los cuales la persona pasa de la manía a la depresión, sus estados de ánimo se alternan con gran rapidez y suelen provocar problemas como la agitación motora, el insomnio, la alteración del apetito e incluso la aparición de síntomas psicóticos e ideación suicida. Esta situación provoca un gran deterioro social o laboral, de hecho, a menudo estas personas necesitan ser hospitalizadas.
Los síntomas del desequilibrio emocional pueden ser:
En la base del desequilibrio emocional se pueden encontrar diferentes factores, desde los cambios en los niveles de energía causados por las fluctuaciones del metabolismo y el biorritmo, hasta problemas de sueño o de concentración. De hecho, no es inusual que las personas con un Trastorno por Déficit de Atención también presenten labilidad emocional. Además, se ha apreciado que en algunos casos este problema puede ser el resultado de crisis epilépticas o del consumo de drogas.
No obstante, la causa más común de la falta de estabilidad emocional es el estrés y un estilo de vida poco equilibrado. Por ejemplo, se conoce que los niveles de glucosa en sangre pueden afectar el estado de ánimo y que existen diferentes alimentos que pueden generar una sensación de tranquilidad mientras que otros pueden potenciar la depresión.
¿Sabías que el chocolate negro aumenta los niveles de serotonina actuando como un antidepresivo natural mientras que los alimentos procesados ricos en grasas y azúcares potencian la depresión?
En los últimos años también se ha profundizado en la química cerebral de las personas que tienen un desequilibrio emocional, pues se sabe que la genética desempeña un papel importante en la aparición de este problema. Se ha hallado que existen niveles anormales en algunos neurotransmisores, como la serotonina, que está involucrada en la regulación de los estados de ánimo y las emociones, la norepinefrina, relacionada con el aprendizaje, la memoria y la activación física, y la dopamina, vinculada a la motivación y el placer.
También se ha descubierto que las personas con un desequilibrio emocional presentan cambios en algunas estructuras cerebrales. Por ejemplo, se ha apreciado una reducción de la materia gris, un número menor de células gliales y neuronas más pequeñas en áreas como la corteza prefrontal, la amígadala y el hipocampo, zonas que se encargan de regular los estados emocionales.
La inestabilidad emocional es más frecuente en las mujeres, la proporción es 2:1, lo cual no es extraño, ya que el cuerpo femenino está más expuesto a las variaciones hormonales. De hecho, en comparación con los hombres, las mujeres presentan una mayor reactividad ante el estrés.
El Síndrome Premenstrual, por ejemplo, ocasiona una variación en los niveles de estrógenos que suele generar lo que se conoce como Trastorno Disfórico Premenstrual, un cuadro que es más común después de los 30 años y afecta entre un 8 y un 10% de las mujeres. En estos casos suele aparecer irritabilidad, angustia, tristeza y un marcado desequilibrio emocional.
El embarazo también es otra etapa en la cual se producen cambios hormonales importantes. De hecho, muchas mujeres embarazadas experimentan una gran labilidad emocional durante la gestación, marcada por cambios extremos en los estados de ánimo, una gran sensibilidad, irritabilidad, angustia y tristeza.
Sin embargo, no se trata simplemente de las hormonas. Tradicionalmente, las mujeres han sido más “emocionales” que los hombres. Como parte de su rol de género, a las mujeres se les ha permitido expresar sus emociones con mayor libertad, mientras que a los hombres se les ha obligado a dominarlas o esconderlas.
La frase “los hombres no lloran” es el ejemplo más fehaciente, pero culturalmente se espera que los hombres tampoco muestren miedo y que sus expresiones de afecto sean más contenidas. Esta expectativa social puede haber hecho que los mecanismos de control emocional masculinos sean mucho más eficaces que los de las mujeres y, como resultado, estas pueden ser más proclives a la inestabilidad emocional.
En un primer momento, la persona que sufre de inestabilidad emocional puede dar la impresión de que es feliz, pero en realidad vive con la pesada carga de no poder consolidar sus proyectos. Esto la puede llevar a abandonar una carrera universitaria, un puesto de trabajo o a romper una relación de pareja, por lo que a menudo, cuando mira hacia atrás, se siente frustrada al hacer inventario de todo lo que no ha podido lograr.
Los constantes vaivenes emocionales también perjudican sus relaciones interpersonales, sobre todo porque quienes le rodean nunca saben a qué atenerse. Una simple frase o un gesto sin importancia pueden generar una crisis de angustia o un arrebato de ira. Esa reacción exagerada deja perplejos a los demás, que no saben cómo comportarse y prefieren evitar a la persona, que a menudo se queda sola.
En otras ocasiones, la falta de seguridad y los problemas de autoestima hacen que la persona inestable emocionalmente ponga a prueba a quienes están a su lado, para saber si puede confiar en ellos. Como resultado, sus amigos o pareja suelen estar sometidos a una tensión y un escrutinio constantes que termina afectando a la relación.
En el ámbito laboral, esta persona suele tener problemas no solo con sus compañeros de trabajo, sino también con sus jefes. Por eso, en algunos casos estos toman la decisión de prescindir de sus servicios. Este fracaso se suma a una larga lista de problemas que genera un círculo vicioso que intensifica los cambios de humor y afecta aún más a su autoestima.
Hace años se pensaba que las características de personalidad, como la inestabilidad emocional, eran inmutables, pero hoy se conoce que estas peculiaridades se pueden atenuar si la persona se somete al tratamiento adecuado. Existen diferentes enfoques pero, como regla general, el objetivo principal de la terapia para lograr el equilibrio emocional se centra en que la persona aprenda a manejar sus emociones y estado de ánimo. Para lograrlo se puede recurrir a la psicoterapia y a métodos como la hipnosis, la terapia cognitiva, la relajación, la meditación y el mindfulness.
También es usual pedirle a la persona que lleve un diario terapéutico, el cual le permitirá descubrir cuáles son los principales desencadenantes que generan los cambios en su estado de ánimo. Así podrá anticiparse a estas situaciones y minimizar su impacto emocional. Dependiendo del caso, en la terapia también se puede trabajar para fomentar la autoconfianza, potenciar la autoestima y desarrollar la autonomía emocional.
No obstante, en este tipo de terapia el manejo de las expectativas suele tener un rol protagonista. De hecho, una de las teorías que explica el desequilibrio emocional se basa en la idea de que estas personas tienen dificultades para manejar las expectativas, las cuales generan más frustración de lo habitual y desencadenan los cambios negativos en el estado de ánimo. Por eso, uno de los objetivos de la terapia para tratar la inestabilidad emocional consiste en enseñarles a estas personas a manejar las expectativas y la frustración.
Si lo deseas podemos realizar una primera entrevista informativa gratuita en la que valoraremos tu caso y te indicaremos cual es el tratamiento más adecuado para ti si sufres de inestabilidad emocional.
Si te sientes emocionalmente inestable, llámanos, podemos ayudarte a encontrar el equilibrio emocional.
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