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¿Problemas con el alcohol? Síntomas, causas y tratamiento del alcoholismo

Uno de cada diez españoles consume una cantidad de alcohol que pone en peligro su salud. El consumo social se ha normalizado tanto, que la percepción de riesgo prácticamente ha desaparecido. Por eso es probable que hayas pasado de beber una copa con los amigos y la familia a desarrollar una dependencia del alcohol.

Si no logras controlar la cantidad que bebes y el alcohol se ha convertido en un problema, en El Prado Psicólogos podemos ayudarte. El camino hacia una vida sin alcohol puede empezar ahora mismo

Qué es el alcoholismo

El alcoholismo, catalogado como un trastorno por consumo de sustancia, implica una ingestión excesiva de alcohol durante un tiempo prolongado, lo cual conduce a un estado de dependencia física y psicológica.

Si padeces alcoholismo, sentirás una necesidad irrefrenable de beber, aunque seas consciente de que afecta tu salud, equilibrio psicológico y vida familiar y laboral. Es probable que pienses que tienes la situación bajo control, pero lo cierto es que no puedes resistir el impulso de beber alcohol.

Esto se debe a que el alcoholismo no es un trastorno meramente psicológico sino que también provoca cambios a nivel cerebral, que son los que te impulsan a consumir alcohol de manera compulsiva. El alcohol inhibe el funcionamiento de la corteza prefrontal, responsable del autocontrol y el pensamiento lógico, de manera que te resulta muy difícil controlar el ansia por consumir y sufres recaídas.

¿Sabías que el riesgo de alcoholismo aumenta según pasan los años? En parte, se debe a que muchas personas se refugian en el alcohol como una vía para relajarse, olvidar los problemas y desconectarse del mundo.

¿Cuál es la diferencia entre la dependencia del alcohol y la adicción al alcohol?

Hay quienes consumen alcohol de manera responsable pero otros abusan del mismo desarrollando hábitos poco saludables, ya sea porque beben todos los días o porque beben demasiado hasta embriagarse

Si no le pones freno a esa situación, puedes llegar a desarrollar una dependencia del alcohol. En ese caso, el alcohol comenzará a ganar protagonismo en tu vida. Por ejemplo, no lograrás disfrutar de una fiesta o una cena si no hay alcohol de por medio o necesitarás beber para sentirte más confiado y/o desinhibido. 

Si no cortas esa dependencia, puedes pasar al siguiente nivel y desarrollar una adicción al alcohol, comúnmente conocida como alcoholismo. En ese caso, el alcohol pasará a ser una prioridad, no lograrás controlar la cantidad que bebes y empezarás a tener los signos típicos de la adicción.

Es importante que comprendas que el paso de una fase a otra no depende únicamente de la cantidad de alcohol que consumes. Puedes ser dependiente del alcohol aunque solo bebas una copa y esta no produzca ningún estrago aparente. El problema es que en ese punto el alcohol ya está determinando tu capacidad de disfrute y está comenzando a tomar las riendas de tu vida pues está minando tu autocontrol. 

Síntomas que revelan un problema con el alcohol

  • Síntomas físicos

El camino a la adicción está marcado por un aumento de la tolerancia, lo cual significa que debes beber cada vez más alcohol para lograr los mismos efectos. También presentarás pérdida de apetito, disfunciones sexuales y telangiectasias, pequeños capilares rojizos que cubren el rostro. Cuando dejas de bebes, sufres síndrome de abstinencia, que se manifiesta con náuseas y vómitos y temblores en las manos.

  • Síntomas emocionales

La ansiedad, provocada por el deseo de consumir alcohol, es uno de los síntomas emocionales más típicos de la adicción. También es probable que te sientas irritable, seas más propenso a reaccionar con violencia y tengas dificultades para controlar tus impulsos, mostrando una desinhibición emocional. Cuando no bebes, puedes sentir vergüenza y/o sentimientos de culpa.

  • Síntomas cognitivos

Los lapsus o lagunas en la memoria son un problema habitual en el alcoholismo. También tendrás dificultades para pensar de forma racional y tomar decisiones inteligentes cuando estás bajo los efectos del alcohol. Además, notarás una pérdida o reducción de la concentración y del rendimiento cognitivo.

Causas del alcoholismo

El alcoholismo suele deberse a diferentes factores. En muchos casos, la mayor influencia proviene del entorno familiar pues quienes han vivido con padres u otros familiares alcohólicos tienen más probabilidades de desarrollar una adicción al alcohol puesto que han crecido con un patrón educativo que ha normalizado la adicción desde una edad temprana.

Algunas personas alcohólicas pueden tener una predisposición genética. Un desequilibrio en los niveles de dopamina puede aumentar el riesgo de desarrollar conductas adictivas, e incluso se ha llegado a identificar un gen que afecta a la tasa de metabolización del etanol y regula el consumo de alcohol. De hecho, se estima que entre el 40 y 60% de la vulnerabilidad al alcoholismo está determinada por la herencia. 

También se ha apreciado que quienes tienen una situación familiar desfavorable marcada por problemas económicos, una escasa comunicación, pocas muestras de afecto e incluso episodios de violencia, tienen una mayor propensión a recurrir al alcohol como una vía de escape.

No obstante, el alcoholismo, sobre todo en la adolescencia y juventud, se ha relacionado con la falta de habilidades para socializar. Muchos jóvenes recurren al alcohol para desinhibirse e integrarse al grupo ya que, al tratarse de una sustancia depresora del sistema nervioso central que inhibe el autocontrol, hace que la timidez y la vergüenza desaparezcan.

Por supuesto, el alcoholismo también guarda una estrecha relación con las características de personalidad. Las personas tímidas, con una baja autoestima y una gran vulnerabilidad a la depresión son más propensas a sufrir este trastorno. En esos casos, los estados emocionales “negativos” como la tristeza, la culpabilidad, la ira y la incomprensión, o vivir eventos traumáticos y situaciones de estrés prolongadas, se convierten en el factor desencadenante. 

Consecuencias del alcoholismo

Los efectos del alcoholismo son devastadores para la salud física. Las personas alcohólicas suelen tener problemas de equilibrio, debido al efecto del etanol sobre el centro motor del cerebro y al debilitamiento de los grupos musculares. 

Algunos tipos de cáncer tienen una relación directa con el consumo de alcohol. El consumo diario de 10 gramos de alcohol, por ejemplo, aumenta en un 12% el riesgo de padecer cáncer de mama y en un 7% la probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal. 

El alcoholismo se ha relacionado con la aparición de más de 60 tipos de enfermedades como la diabetes tipo II, neuritis, hipertensión arterial, gastritis, pancreatitis, atrofia testicular, hepatitis, cirrosis hepática, problemas cardiovasculares y muerte prematura. De hecho, la esperanza de vida de una persona alcohólica es aproximadamente 12 años menor en comparación con las personas que realizan un consumo moderado. En España, esta adicción se cobra la vida de 13.000 personas cada año.

Por supuesto, las consecuencias del alcoholismo también se extienden al plano psicológico. El alcohol inhibe la función de la corteza prefrontal, por lo que poco a poco irás perdiendo la capacidad para controlar tu comportamiento y fijarte metas. Los cambios bruscos de humor y la irascibilidad también suelen dar pie a problemas familiares y en tus relaciones sociales, por lo que no es extraño que termines aislándote. El aislamiento social, sumado al efecto depresor del alcohol en el sistema nervioso, hará que seas más propenso a sufrir depresión.

El alcohol también deteriora algunas funciones cognitivas como la atención, la concentración y la memoria. De hecho, el alcoholismo crónico está relacionado con una deficiencia de tiamina, que afecta el funcionamiento del cerebro y provoca trastornos severos, como el síndrome de Wernicke-Korsakoff, caracterizado por una pérdida grave de memoria y otros problemas neurológicos. 

También notarás que rindes menos en el trabajo, cometes más errores y descuidas tus funciones, por lo que podrías estar poniendo en peligro tu empleo. Fuera del trabajo, el alcohol ocupa cada vez más tu tiempo de ocio ya que te interesan menos cosas e incluso es probable que hayas abandonado tus aficiones. 

Tratamiento del alcoholismo

Si te comprometes con tu curación y el tratamiento, en El Prado Psicólogos te ayudaremos a liberarte de esos comportamientos autodestructivos. Utilizamos diferentes técnicas, como la hipnosis clínica, la EFT y la EMDR, a través de las cuales accedemos a tu inconsciente para reprogramar las creencias que están alimentando la adicción o liberar las emociones negativas y los traumas enquistados que te impiden avanzar. 

También recurrimos a técnicas cognitivo-conductuales para que aprendas a detectar los estímulos que alientan el consumo y logres desarrollar estrategias eficaces para evitarlos. Nuestro programa cognitivo-conductual se centra en potenciar el autocontrol, aprender a lidiar con el craving y gestionar las emociones relacionadas con el consumo y la desintoxicación. 

Además, te enseñamos técnicas de relajación y mindfulness, para que logres desarrollar un estado de tranquilidad y bienestar interior que te permita gestionar mejor los estados típicos de la abstinencia como la ansiedad y la irritabilidad. Si lo deseas, puedes recurrir a sesiones de coaching, una valiosa herramienta para promover cambios positivos en tu estilo de vida y plantearte nuevos objetivos para la nueva fase.

En caso de que necesites una ayuda adicional, en El Prado Psicólogos ponemos a tu disposición nuestro servicio de psiquiatría. Nuestra psiquiatra te psiquiatra te recetará la medicación más apropiada para complementar la psicoterapia e irá ajustando la dosis según vayas mejorando.

¿Qué conseguirás con nuestro tratamiento?

  • Detectar y eliminar las creencias negativas que alimentan el consumo de alcohol.
  • Detectar y evitar las situaciones que promueven el deseo de consumir.
  • Aprender a controlar el ansia por consumir alcohol.
  • Aplicar estrategias de afrontamiento emocional y de conflictos que te ayuden a prevenir las recaídas.
  • Desarrollar un mayor autocontrol y autoconfianza, de manera que puedas implementar cambios positivos en tu estilo de vida.

Tres buenas razones para elegirnos

  1. Implementamos una terapia eficaz centrada en encontrar soluciones. 
  2. Te ofrecemos un tratamiento personalizado, adaptado a tu caso y necesidades.
  3. Contamos con profesionales experimentados en el tratamiento del alcoholismo.

 

 

Manuel E. Gomez MANUEL Psicólogo, hipnoterapeuta y terapeuta EMDR.
María Jiménez MARÍA Psicóloga, sexóloga, terapeuta EMDR e hipnoterapeuta.
Ainara Frade AINARA Psicóloga Especialista en Psicología Clínica
Psicologa Noelia NOELIA Psicóloga, terapeuta EMDR

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